Cuando usted lea esto La Voz de Ituzaingó ya
habrá cumplido 18 años.
Y como sucede hace algunos con los
jóvenes de esa edad, ni piensa en dejar el nido para buscar nuevos horizontes y
así diferenciarse de sus padres y CRECER.
En estos días he repetido la frase:
“La Voz de Ituzaingó se muere conmigo”, no como expresión de deseos, sino como
lectura de una realidad que palpamos hace más de 10 años: fueron contadas las
excepciones en que algún vecino se acercó a ver cómo podía colaborar a sostener
la tarea de comunicar que venimos llevando adelante a pulmón e
ininterrumpidamente.
Tal vez esta soledad haya sido
nuestro sostén… como ese padre que sabe que es lo único que su hijo tiene y no
se permite flaquear NUNCA.
Digo casi ningún vecino, ni
comerciante, ni industrial se acercó a colaborar en la creencia –a lo mejor-
que La Voz tenía quién se ocupara de él.
6570 días* han pasado ya y este
hijo necesita salir a la comunidad, mostrarse, ganar su lugar, no con la
impronta de su padre sino con la identidad que solamente pueden conseguir los
hijos de papel en su interrelación con el medio y la ciudad en que fueron
concebidos.
Y hablo de interrelación y no de la
solícita actitud de la mayoría de los actores que se limitan a mandarnos
gacetillas de prensa por email para publicar.
Hablo de comprometerse e
involucrarse en la aventura por la cual La Voz pueda constituirse en lo
que todos los vecinos necesitan y no saben donde buscar: un interlocutor que
vehiculice sus quejas, pero que también haga docencia con aquellas que terminan
modificando realidades.
En definitiva, entregamos aquí a
nuestro hijo único para que la comunidad toda lo utilice y cuide. A lo mejor
como Abraham seremos recompensados por no reservárnoslo para nuestro provecho.
Nuestro trabajo mayor ya está hecho
y estamos orgullosos de él pero queremos reiterar que no fue concebido
únicamente para nuestro beneficio, sino para el de todos los vecinos de
Ituzaingó.
Ahora está entrando en la adultez.
Como sabemos de la timidez de los jóvenes es que le pedimos que se acerque y
nos ayude a su crecimiento que también va a ser el suyo.
NOTA. No le extrañe que La Voz de
Ituzaingó y su padre, el director tengan, por ahora, el mismo número de
teléfono.
*Nada más que por cábala, sumando
los números de 6570 obtenemos nuevamente 18.
Daniel Jorge Galst